La gente ya está empezando a pensar en la navidad y todo lo que ello conlleva, el problema es que a la gente parece que se les ha olvidado de cómo se hacen las cosas o por lo menos eso es lo que le pasa a uno de mis primos mayores que a mediados de noviembre ya viene a dar la tabarra con los preparativos de la cena de navidad. Tampoco es que haya que adelantarse tanto, la cuestión es repartir las tareas para que todo sea mucho más llevadero. Mi hermano mayor se encargará del vino como todos los años, pero me parece que este año me voy a comprar una o dos botellas de albariño condes de albarei que es el albariño que a mi me gusta pero al resto les gusta otra marca de albariño que a mi personalmente no me gusta por mucho que me digan que es mejor.

A mi primo mayor le tocará hacer le pescado, ya que es un fanático de la pesca con caña desde la playa y siempre nos trae algún pescado que haya pescado él, menos mal que el horno de casa de mi abuela es bastante grande y en la bandeja siempre cabe el pescado que suele traer. 

Supongo que a mi madre le tocará hacer las tartas y los postres que es lo que hace todos los años además de tener que cocinar la carne asada que para mi es el plato principal de las cenas de nochebuena aunque a todos les parezca que el marisco es el plato principal. Como a mi no es que me gusten demasiados mariscos me canso rápido y normalmente siempre dejo sitio para la carne que es lo último en servirse y de lo que menos come el resto de mis familiares. Solamente uno de los niños hace igual que yo y no se llena hasta que llega la carne asada. 

Y poco más quedaría por organizar, que cada uno aporte lo que le apetezca que siempre va a ser bien recibido aunque no sea nada tradicional de la navidad.