Hace ya unos cuantos años que se murió el hermano de uno de mis mejores amigos, tuvimos que desplazarnos hasta una Funeraria Zamora en la que le velamos. Pero ese fin de semana todo cambió para los integrantes de nuestra pandilla porque nos dimos cuenta de que estamos aquí solamente de paso y nunca sabes cuanto va a durar cada uno. Este chico no había llegado todavía a los cuarenta años y ese fue un duro golpe para todos ya que nadie se esperaba lo que sucedió.
Desde ese fin de semana he vivido sin cortarme de nada no vaya a ser que me toque el turno antes de lo que me imagino y me tenga que arrepentir de no haber hecho muchas cosas. La filosofía de vida debe de ser siempre, haz todo lo que quieras sin que nadie te diga nada, sobre todo si no la has molestado. Pero a lo largo de mi vida he aprendido que en esta vida hay mucho envidioso que no sabe parar de protestar. Nunca he dejado que esa gente no me deje hacer lo que he querido porque mientra no moleste a nadie, nadie puede decirme nada. Solamente espero vivir sin tener que arrepentirme de no haber hecho nada de lo que me gusta porque alguien me ha comido la cabeza. Por suerte casi siempre hago lo que me da la gana y es raro que escuche las advertencias de nadie.
Con el paso de los años he tenido que ir a otros funerales de otros amigos y es ahí cuando te reencuentras con amigos que hacías tiempo que no veías y te das cuenta de que cada uno ha acabado donde le ha llevado la vida. Algunos seguimos teniendo el mismo grupo de amigos de siempre pero hay otros que parece que les gusta tener que cambiar de amigos con los años. En mi pandilla seguimos siendo los mismos que éramos cuando éramos adolescentes y espero que siga así hasta que seamos viejos porque somos un grupo muy unido y nos tratamos como si fuésemos familia.