La contratación de un seguro medico familiar es más beneficioso que una póliza individual. Cada vez son más los usuarios que prefieren esta modalidad por su relación calidad-precio y la variedad de servicios y garantías que ofrece, extensibles a los distintos miembros del núcleo familiar.

Perteneciente al segmento de las pólizas colectivas, el seguro de familia ha ganado enteros durante la última década gracias a unas condiciones claramente ventajosas. De todas ellas, destaca la accesibilidad de sus coberturas para todos los integrantes de la familia, sin excepciones.

Así, cualquier persona con vínculos de parentesco —que así figure en el contrato del seguro— puede beneficiarse de los mismos servicios que el titular de la póliza. Esto incluye las revisiones, diagnósticos e intervenciones que sean figuren en el listado de coberturas del seguro, exceptuando aquellas sometidas a un periodo de carencia.

Por ejemplo, la esposa, el hijo u otro ser querido no necesitan contar con un seguro médico para disponer de servicios de salud en caso de presentarse una emergencia. Esta característica del seguro familiar conlleva un ahorro notable a medio y largo plazo. De este modo, este producto asegurador contribuye a la planificación familiar.

Respecto al tipo y cuantía de la financiación, los seguros familiares disponen de primas adaptables. Dependiendo de la compañía aseguradora, este producto puede solicitarse con o sin copago, con o sin reembolso, etcétera, que afectan a las mensualidades a pagar y al ahorro obtenido.

Como sucede con el resto de pólizas, la de familia pone a disposición del asegurado una extensa red de centros y profesionales médicos. De este modo, se puede elegir al especialista y el lugar en que se recibirán las asistencias.

A diferencia de los seguros convencionales, los diseñados para familias incluyen servicios de asesoramiento, útiles para orientar a los clientes en la toma de decisiones fundamentales.