La nostalgia no entiende de sectores o industrias: la ropa vintage, los vehículos restomod, las reediciones de relojes, etcétera. Estas últimas demuestran el potencial inspirador del pasado y su rentabilidad en el presente. Son ejemplos bastante conocidos los modelos tissot prx Chronograph, Historiques 222 o Ingenieur Automatic 40, entre otros.
La moda de las reediciones se propone revivir los iconos de los años setenta y ochenta, reproduciéndolos con exactitud. Ocasionalmente, se les agregan funciones y novedades, pero su objetivo inicial es producir un número limitado de unidades de un reloj discontinuado hace décadas. Como es natural, es una tendencia reserva solo a los fabricantes con más historia: Tissot, Vacheron Constantin, etcétera.
Pero ¿qué es una reedición en el mundo de la relojería? Este concepto aluda a los relojes nuevos cuyo diseño sigue las líneas y características de otra unidad, más antigua y emblemática. No pretenden ser copias ni imitaciones, en sentido estricto, sino revivals que capturan la estética de piezas históricas, además de su fiabilidad y rendimiento.
Las reediciones no son un capricho de las marcas. Son conscientes de que existe una fuerte demanda de este tipo de relojes y la capitalizan «resucitando» sus modelos más demandados entre los coleccionistas. Con frecuencia, les brinda la oportunidad de recuperar la atención mediática. De hecho, la primera reedición (Carrera Re-Edition o Vintage, de TAG Heuer) permitió a la firma suiza superar mal momento en su trayectoria.
En general, las reediciones son una tirada limitada de relojes, lo que aumenta su prestigio y exclusividad a ojos del cliente. Con ello, seducen tanto al cliente en busca de una pieza única como al coleccionista de siempre. Por otra parte, este tipo de productos no se limitan a calcar el mecanismo de un reloj determinado, sino que pueden elevar sus prestaciones con funciones, movimientos y materiales de vanguardia.