Cuando empecé a reformar mi casa, una de las decisiones más importantes que tuve que tomar fue la del suelo. Siempre me ha encantado la madera, su calidez, su textura, la sensación de conexión con la naturaleza que transmite. Así que no lo dudé: tenía que ser tarima de madera en Sanxenxo.
Investigué mucho sobre los diferentes tipos de madera, los acabados, las opciones de instalación… Al final, me decanté por un roble con un acabado mate, que aporta un toque de elegancia sin ser demasiado llamativo. Y la verdad es que no podría estar más contenta con el resultado.
La tarima de madera ha transformado por completo mi hogar. Le ha dado una calidez y una personalidad que ningún otro material podría conseguir. Además, es muy agradable al tacto, perfecta para andar descalzo. Y en Sanxenxo, con el clima que tenemos, es ideal para mantener una temperatura agradable en casa durante todo el año.
Otro aspecto que me encanta de la tarima de madera es su versatilidad. Combina a la perfección con cualquier estilo decorativo, desde el más rústico al más moderno. En mi caso, la he combinado con muebles de líneas sencillas y colores neutros, creando un ambiente acogedor y atemporal.
También es importante destacar la durabilidad de la tarima de madera. Si se cuida adecuadamente, puede durar muchos años en perfecto estado. Y en caso de que alguna lama se dañe, es fácil sustituirla sin necesidad de cambiar todo el suelo.
En definitiva, elegir la tarima de madera adecuada fue una de las mejores decisiones que tomé durante la reforma de mi casa. Me ha proporcionado un suelo bonito, duradero y confortable, que se adapta a la perfección a mi estilo de vida.